Este año, Robe ha decidido tomarse una pausa de Extremoduro para presentar un disco en solitario, Destrozares, canciones para el final de los tiempos (2016), con temas mucho más personal que los de su banda principal pero manteniendo su esencia, con una letras potentes.

Con este pretexto en mente, me dispuse a ir a verle al Palau De La Música Catalana, siendo consciente que iba a ver a un Robe distinto a lo que estaba acostumbrado y esto ya se pudo palpar cuando apareció en escena y se sentó en un silla para tocar.

La primera parte del concierto estuvo compuesta por canciones de sus dos discos, que tuvo que tocar con un público ruidoso que en ocasiones le impedían empezar las canciones que, incluso le obligó a parar y pedir un poco de silencio para reprender las canciones. Y es que para la ocasión, convenía más el silencio que no los saltos y gritos que caracterizan los conciertos normales de Extremoduro que hizo hasta que incluso en una ocasión se viera obligado a tener que volver a empezar una canción y  a pedir un poco de respecto a su público y asegurarles que ya volvería a Barcelona con Extremoduro el próximo año para saltar y chillar pero que hoy no era la ocasión.

Acabada esta primera parte convulsa, igual que hace con los conciertos de Extremoduro, hubo una pausa de 20 minutos antes de empezar la segunda parte. Esta segunda parte la tocó derecho y también estuvo compuesta por su material solitario en exclusiva, destacando Contra Todos que en ella David Lerman hizo un solo de bajo increíble o la canción, Por encima del bien y del mal, el single de su último disco que es quizás la canción más pegadiza del disco y de las pocas canciones que fue coreada.

Para finalizar el recital volvió al escenario para hacer una pequeña concesión a sus fans tocando lo que sería la única canción de Extremoduro, el clásico Si te vas… que hizo que la audiencia enloqueciera y la corearan a plena voz y ya con el público ganado acabo con Un suspiro acompasado, de su primer trabajo en solitario, en un concierto curioso y con una banda que lo dio todo y que se les notaba que lo disfrutaban en todo momento.