Una manada de gente subía las escaleras de la sala Apolo, y con cada paso se pasaba el frío de todo un día de cola. Solo al entrar te percatabas que las luces rojas teñían todo el lugar,  y transmitían un aura de cabaret de los años 20, que olvidado antaño, había vuelto a abrir.

Bajo los focos, The Cruel Knives abrían el concierto, pretenciosos, con su estilo hard-rock.

El grupo británico compuesto por cuatro chicos de, típicamente converse y chaquetas de cuero, melena suelta y orgullo en el aire tocaron sus temas más típicos. Un grupo con carrera por detrás, formado de los restos de Heaven’s Basement, al que también pertenecía el guitarrista Sid Glover, que se disolvió tras su último trabajo Fifthy Empire .

Aún tener un estilo alternativo potente, el público esperaba al grupo principal, The Pretty Reckless. No hubo momento más aclamante en toda la noche como los segundos después de que Taylor  Momsen pirara el escenario.

Pelo corto esta vez, dejaba astrás sus épocas de chica loca, en que se subía al escenario en ropa interior y  tacones, y hacía subir a chicas con la única condición que se quitaran la camiseta. ¿Habrá crecido Momsen? ¿O seguirá teniendo esa chispa que revolucionaba a todos escondida?

Empezaron con una cover de Systhem Of A Down: “Toxicity”, simple y brillante. Continuaron con sus propios temas. “Let me Down”. El público se derretía, todos los ojos fijos en Taylor, pendientes de ese ritmo que solo ella dominaba; aceleraba y frenaba a su antojo, jugando con nuestros nervios entre frase y frase. Fueron desfilando “ My medicine” “ You make me wanna die”,  y “Just tonight”, entre los más famosos.

Recién llegados de  Inglaterra e Italia, con motivo de su tour, en el que presentan su trabajo: Who you selling for, anunciaron que ese mismo día, ni más ni menos, estrenaban videoclip.

Canción tras canción, el público seguía enganchado, mientras la cantante se movía con esos movimientos raros y estrambóticos, que parecían una versión lenta de los bailes de Ian Curtis.

Mostrando todas sus facetas, pasaron por canciones como “Take me down”, por la que han sido nominados a los iHeartRadio Music Awards, y se sumaron acústicos en los que Momsen se colgaba la guitarra, y se quedaba sola ante nosotros. El ambiente y estilo grunge no se perdieron en todo el concierto, la última canción  “Fucked up world”. Y con esta crítica a la actualidad, se despedían hasta su siguiente paso por los escenarios de Barcelona, recordándonos que, ellos sí, no se van de gira sin pasar por la ciudad.