Ya hace 8 años que Ben Caplan sacó su primer trabajo de estudio y por extraño que parezca aún no había tenido la oportunidad de tocar en España, fue gracias a el apoyo de sus seguidores en Cooncert que final el cantautor canadiense hizo su primera visita a la peninsula.

La noche comenzó tocando Estúpida Erikah aunque en vez de venir como banda sólo vino Lluís Bòira, el líder de la banda, acompañado de una guitarra acústica. Lluís nos presentó su nuevo álbum 300 mil·lisegons per a crear un record (2016), un disco muy personal de folk catalán con canciones más bien lentas. En la parte final del concierto tocó alguna canción más animada y en inglés, aunque él mismo admito que tenia pocos temas así. Ya para concluir el concierto preguntó a los asistentes si querían una versión de Bruce Springsteen o de The Strokes, finalmente ganó la de The Strokes para su propia sorpresa,  y acabó su set entonando The Modern Age.

Poco después de esta actuación ya salió Ben Caplan en escena acompañado de una guitarra acústica para comenzar con Birds With Broken Wings, un tema de su último trabajo, con un público en las primera filas muy entusiasmado de poder verle por fin en vivo. Ya con un público ganado aprovechó la ocasión para decir, en un perfecto castellano, lo ilusionado que estaba de estar aquí y presentar a su esposa Taryn Kawaja que le acompañaría en alguna de las canciones de la noche.

El concierto prosiguió con una selección de temas de sus dos trabajos de estudio, donde fue intercambiando la guitarra y el piano indistintamente para tocar sus canciones de una manera más personal que si lo hubiera hecho con una banda.

Destacaron composiciones como I’ve Got Me A Woman, en la cuál hubo un gran sing-along en toda la sala gracias a la ayuda de Ben que los dirigió antes de empezar para que realizaran los coros, o Beautiful, donde se juntaron Ben con su esposa en el piano para tocarla conjuntamente.

La parte central finalizó con dos favoritas de los fans Down to the River, donde su esposa le acompaño con una flauta travesera, y 40 Days And 40 Nights, ambas fueron altamente coreadas y se notó que Ben estaba impresionado que se las conocieran.

Cuando Ben ya había dado por concluido el recital volvió a aparecer en escena pero según él coger el agua pero viendo el entusiasmo del público decidió tocar dos temas más en el piano, Lovers’ Waltz y Stranger, finalizando un concierto memorable y con muy sentimiento.